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SEGURIDAD ALIMENTARIA

EVITA LAS SITUACIONES DE RIESGO

La legislación nacional y el Reglamento Europeo de Seguridad Alimentaria exige planes para la restauración en materia de producción, envasado, transporte y distribución de los alimentos.

Se han creado estándares de calidad para aumentar la seguridad alimentaria y fomentar los planes preventivos para  minimizar los riesgos asociados a la gestión y manipulación de alimentos.

Camarero sirviendo bebidas

PLANES DE SEGURIDAD ALIMENTARIA

Ayudamos a los profesionales de la restauración con soporte y documentación para la gestión de alimentos, higiene personal,  prácticas de limpieza y desinfección. Además, también  desarrollamos planes de alérgenos e intolerancias alimentarias para nuestros clientes.

Mesa preparada para comensales

ALÉRGENOS E INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS

Realizamos planes sobre los alérgenos que pueden contener los alimentos, e intolerancias a las mismas, y ofrecemos la formación para prevenir los riesgos alimentarios.

PLAN DE AUTOCONTROL PREVENTIVO EN EL SISTEMA APPCC

Elaboramos la documentación y damos soporte para la gestión de Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos (APPCC) para los profesionales del sector de la restauración.

LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN EN EL SECTOR

OBTÉN TU ACREDITACIÓN

Todas las empresas alimentarias deben asegurar la correcta formación de sus trabajadores para cumplir con la normativa de su actividad. Algunos cursos no son obligatorios, pero sí son recomendables para evitar situaciones de riesgo para la salud de los trabajadores y de los clientes.

MANIPULADOR DE ALIMENTOS

Es obligatorio tener un certificado de manipulador de alimentos para trabajar en el sector alimentario y hostelero.

ALERGIAS ALIMENTARIAS

Aunque la normativa no contempla la obligatoriedad del curso, sí exige que la empresa y sus trabajadores conozcan los alérgenos más frecuentes, cómo manipular los alimentos, realizar el etiquetado y proporcionar la información adecuada al consumidor.

Representantes firmando contratos

EVITA LAS SANCIONES

No cumplir con la normativa puede conllevar sanciones económicas, administrativas, sanitarias o penales. Además, la reputación de la empresa que comete la infracción puede verse seriamente dañada.

Las sanciones económicas pueden oscilar de los 300 euros por sanción leve hasta los 600.000 por sanción muy grave.

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